CADA VEZ MAS GORDOS

Los españoles se están poniendo pesados con eso de que les toque El Gordo y preparando el banquete navideño. Nuestro país cada vez tiene más peso en Europa y todos los ciudadanos se quejan de que los cinturones les aprietan por lo de Maastricht... Los indicios de la vida cotidiana tienen su reflejo científico. No podía ser de otra forma: la obesidad, nunca mejor dicho, ocupa cada vez más espacio en España, cada vez hay más gordos.

El Informe sobre la Obesidad en España, un minucioso análisis elaborado por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y que se publicará a comienzos del próximo año, arroja datos sobre esta enfermedad. Una conclusión incuestionable: en los últimos años se ha detectado un incremento del número de obesos. El trabajo, dirigido por Javier Aranceta (profesor de la Universidad del País Vasco e integrante de la Unidad de Nutrición Comunitaria del Hospital de Bilbao), señala que el porcentaje de obesos adultos en España, entre 25 y 60 años, es del 13,4%. Sin llegar a la obesidad, pero con problemas de sobrepeso, se encontraría el 40% de la población.

La fórmula es sencilla y se admite como válida en la comunidad científica. El índice de masa corporal de un individuo se determina dividiendo el peso (en kilogramos), entre la altura (en metros) al cuadrado. Si la cifra resultante es menor de 20, el sujeto es delgado. Si está entre 20 y 25, el peso es adecuado. Si se sitúa entre 25 y 30, existe un ligero sobrepeso. Solamente cuando el resultado es mayor de 30 se puede hablar de verdadera obesidad.

La obesidad infantil ha aumentado; un 20% de los gordos adultos ya lo es desde niño, según la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad


A pesar del incremento del número de obesos en España, en nuestro país existe menos población gorda que en muchos de nuestros convecinos europeos.

"Estamos en una situación intermedia", asegura Mario Foz Sala, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad. "Nuestro porcentaje es mayor que el de países como Suecia u Holanda, pero mucho menor que el de Inglaterra, donde ha habido un espectacular incremento de obesos en los últimos tiempos".

Niños gordos. Además de las frías cifras, el documento elaborado contiene otras conclusiones para el debate. La obesidad infantil aumenta con el paso de los años (un 20% de los obesos adultos ya lo es desde niño), y existe una relación directa entre el nivel socioeconómico y sociocultural, y la obesidad. Cuanto más dinero y cultura se tenga, menos grasa habrá en el cuerpo. La paradoja: los que menos posibilidades económicas tienen son más gordos. Los factores desencadenantes de una de las enfermedades más extendidas en el Primer Mundo son muy variados. Hábitos alimenticios, modo de vida, sedentarismo... y, sobre todo, la carga genética.

Estamos en una posición intermedia: tenemos más obesos que los suecos y holandeses, pero menos que los británicos

 


Según los expertos, existen unos 200 genes que pueden influir en que una persona sea gorda o no. "La predisposición genética es muy importante, prácticamente en un 80%, aunque no siempre condiciona y solamente se desarrolla cuando confluyen otros factores", sostiene Mario Foz. Los crueles imperativos de la moda obligan a la sociedad a buscar dietas milagrosas para estilizar su figura. En un reciente congreso sobre La obesidad: Mitos y Realidades, el profesor Abel Marinè, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Farmacia de Barcelona, afirmaba que el único tratamiento adecuado es el de seguir una dieta hipocalórica equilibrada, en la que no se elimine ningún tipo de alimentos.

¿El peso ideal? La dieta ideal debería estar adaptada a las necesidades de la persona obesa y teniendo en cuenta la modificación constante de los hábitos alimentarios y del estilo de vida. Abel Marinè afirma: "Nunca se insistirá bastante en que el objetivo no es tanto el peso ideal como el conveniente y posible, en el que el individuo se encuentre bien y que no represente ningún riesgo para la salud". Al hilo de esta cuestión, existe una recomendación clara. Todos los obesos deben cuidar su salud. Incluso, vigilar con detenimiento las dietas que sigan o los medicamentos que consuman

Las personas con menores posibilidades económicas son más gordas

 

Un reciente estudio norteamericano del que se ha hecho eco The New York Times revela que un 30% de los pacientes que tomaron fluramina y dexfenfluramina debido a su obesidad, presenta anomalías en sus válvulas cardiacas. Por este motivo, las autoridades de Obesilandia (Estados Unidos es el país con mayor índice de obesos de todo el mundo, junto con Rusia), han decidido tomar cartas en el asunto y han recomendado a los consumidores de estas sustancias que se sometan a una revisión médica.

Más allá de los perjuicios para la salud, se encuentra el desprestigio social. Marià Alemany es catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona. Su interés por la obesidad es doble. Como científico experto en la materia y como gordo. Su caso es uno más entre los de su condición. Dice: "Las básculas no me llegan, no sé cuanto peso porque las gano a todas... ¿Problemas? Todos. Cuando cojo el avión o bien viajo en clase preferente, o bien el que se sienta a tu lado se encuentra con tu codo en su hígado; lo mismo me ocurre en el cine, el diámetro de mi culo es mayor que el de la silla".

Engañar al cerebro. Sus investigaciones más recientes se centran en un compuesto bautizado como Merlín 2, que podría ayudar a quitarle peso al españolito medio. Explica el invento: "El oleato de estrona es un elemento presente en la sangre, es un informador del cerebro que le dice la cantidad de grasa que tenemos. Nuestra idea es engañar al cerebro, que es el que ordena el gasto de grasas dependiendo de la información del oleato de estrona, lo hemos experimentado en ratas y han adelgazado. Lo bueno es que aunque coman menos mantienen el nivel de gasto normal".

"Ya se han hecho los primeros estudios farmacológicos para probar en personas, y antes de un año esperamos tener las primeras pruebas", continúa Marià Alemany.

"No sé lo que peso porque gano a las básculas", dice Alemany, experto en obesidad

 

Aunque el profesor Alemany afirma que jamás ha conocido a ningún obeso que haya adelgazado gracias a una dieta, la mayoría de los expertos considera que sí es un elemento indispensable. Al respecto, Grande Covián decía que es inútil diseñar una dieta perfecta si después no se come.

Un país pesado. Cada gordo es un mundo y lo adecuado es analizar los casos de forma pormenorizada. Generalizando, la dieta hipocalórica (la que tiene reducida su cantidad de calorías) ha de tener entre 1.000 y 1.500 kilocalorías por día. Se recomienda que esté compuesta por hidratos de carbono (50/60%), grasas (30/35%), proteínas (15%), vitaminas y minerales, fibra, y litro y medio de agua al día.

La voz de alarma dada en el informe que se publicará el año próximo dibuja una España pesada. En concreto, un país con algo más del 50% de la población con problemas de peso, gordo (40%) o muy gordo (13%).

En un país como España, donde se engullen al año más de 25 millones de hamburguesas Big Mac y donde los modernos hábitos de la sociedad de trabajo conducen al sedentarismo, el refranero da la razón a todos. Elegir entre el Más vale calor en el rostro que frío en el buche y el No se vive de lo que se ingiere, sino de lo que se digiere es una cuestión vital.

EL PESO DE LAS NACIONES

Madame Maintenon, segunda esposa de Luis XIV, contó que un almuerzo de este monarca podía consistir en cuatro platos de sopa, un faisán, una perdiz, un gran plato de ensalada, cordero, un par de lonchas de jamón, una bandeja de pasteles, huevos duros y fruta. La autopsia que se le realizó tras su muerte (en 1715) reveló que su estómago e intestinos medían el doble de lo normal... Casi tres siglos después, el peso de una nación ya no se mide por la barriga de su gobernante. Es obvio que la opulencia, históricamente ligada al buen comer; y la miseria, fuente de hambre, siguen jugando un gran papel en la constitución corporal de los individuos. Pero las cosas han cambiado. Los adinerados ciudadanos de los países avanzados lucen figuras estilizadas esculpidas en gimnasios y con operaciones milagrosas. La población más hambrienta del planeta -con su famélica envoltura- mira atónita los talones gastados en liposucciones y desconoce la palabra obesidad. Si los ricos pagan por estar delgados y los pobres mueren en los huesos, ¿quién está gordo, entonces? La respuesta: la clase media.

La mayor proporción de obesos se localiza en los países desarrollados. Europa y EEUU muestran sus michelines al mundo. En Norteamérica, la democracia más gorda del planeta, incluso existe, desde hace más de 25 años, la Asociación Nacional para el Avance de la Gordura, organización que trata de salvaguardar los derechos de las personas con sobrepeso en el ámbito laboral y que pretende mejorar su mala imagen social. Según datos de 1996, uno de cada tres estadounidenses está tratando de adelgazar. En total, se gastan unos cuatro billones de pesetas anuales en adelgazar, pero el 95% de las dietas fracasa...

Expertos presentes en el VIII Congreso Europeo de Obesidad, celebrado en Irlanda, señalan el increíble aumento del sobrepeso en los países en vías de desarrollo a medida que van adquiriendo el estilo de vida occidental. El milenio que viene puede ser el de la odisea en el espacio. Y con el espacio.

 

 

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