E sa persona que no duerme por ayudarnos a reparar el ordenador a altas horas de la madrugada, o que nos lleva los apuntes al hospital cuando enfermamos y además trae flores, bombones o el último libro de Suskind es nuestro mejor amigo/a.

Pero ¡Ay!. El día de los enamorados se le ocurrió enviarnos una tarjeta inocente y algo más...

Los amigos sirven para ayudar, para resolver problemas, pero muchas veces los causan y no poco graves cuando se nos ocurre "enarmorarnos".

¿Qué más queremos?

Yo me enamoré una vez de mi mejor amigo. Era todo perfecto: no tenía novia, no tenía compromisos. Por no tener, no tenía ni coche. Pero como nos habíamos acostumbrado a ser amigos "toda la vida", la experiencia más íntima nos costó más de un quebradero de cabeza. No parecía que la cosa fuera a mejor, porque yo seguía siendo "su eterna amiga" y él me enseñaba todas sus conquistas de un día como si me enseñara los trofeos de caza para que le dijera cuál me gustaba más para él.

Ni amigos ni novios, fuimos dejando la situación en manos del destino. Un buen día le obligué a que eligiera: o amistad o relación.

Eligió amistad, pero yo ya no podía mirarle a los ojos sin sentirme atada a él.

Perdí un amigo, perdí una pareja, pero gané tranquilidad.

Veamos los trucos que los ciudadanos nos han revelado para evitar enamorarse de un/a amigo/a:

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